Hoy 1 de abril se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo (Fun at Work Day), una ocasión para "recordar que el trabajo no tiene por qué ser gris, que la seriedad no requiere solemnidad, y que el humor ofrece importantes beneficios para cualquier organización y para su equipo humano, incluso en momentos de crisis", aseguran desde la consultora española Humor positivo, que promueve la iniciativa a nivel nacional. Esta empresa llevará a cabo hoy en las calles de Madrid una actividad original: el encierro de la crisis. "Un grupo de ejecutivos vestidos de traje, bombín y pañuelico rojo, acudirán al centro de Madrid para acometer la más heróica proeza jamás vista: ¡correr delante de La Crisis Económica!", explican el pedagogo Jesús Damián Fernández Solís y el psicólogo Eduardo Jáuregui Narváez. "Estos valientes guiarán al terrible morlaco financiero por un recorrido de estrechos callejones hasta una plaza céntrica de la ciudad, donde procederán a atraparla y mantearla[...] Sí, queridos amigos, llegó el momento de coger al toro por los cuernos. La crisis es un tema serio, pero el humor también", añaden.
Los beneficios del humor
En efecto, en los últimos 30 años que el estudio científico del humor se ha abordado de manera consistente, promovido especialmente por la International Society for Humor Studies o ISHS. Estudios científicos demuestran que el sentido del humor es una de las herramientas más eficaces para combatir el estrés, enfrentarse a los desafíos y conservar la salud mental a pesar de los embistes de la vida. Además, según "Humor positivo", en las empresas atrae y retiene a los recursos humanos más valiosos, fortalece la motivación individual y colectiva, estimula la innovación y la mejor toma de decisiones, favorece el aprendizaje, cohesiona los equipos humanos, fortalece las relaciones con los clientes y crea un entorno más agradable y humano para trabajar.
Si quieres celebrar este día en la empresa y no sabes cómo, Fernández Solís y Jáuregui Narváez tienen algunas ideas: una sesión de papiroflexia, un concurso de aviones de papel en el pasillo, una competición de corbatas/zapatos horteras o una partida de Monopoly, el célebre juego de mesa desarrollado por Charles Darrow, un hombre desempleado durante la Gran Depresión del los años 30.
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